Los láseres APOLLO garantizan un posicionamiento preciso y reproducible de los pacientes en la sala de tratamiento
El sistema láser APOLLO de LAP ayuda al equipo de físicos médicos a dar prioridad a la seguridad de los pacientes y, al mismo tiempo, a agilizar el flujo de trabajo de radioterapia oncológica
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Seguridad del paciente, flujo de pacientes y experiencia del paciente: estos son los puntos de referencia clínicos que determinan la hoja de ruta de desarrollo del sistema láser APOLLO de LAP, la empresa alemana especializada en equipos láser y control de calidad de radioterapia. Con una tasa de suministro a clínicas de radioterapia oncológica de alrededor de 3000 unidades al año a escala internacional, los láseres APOLLO son totalmente omnipresentes y garantizan un posicionamiento preciso y reproducible de los pacientes con respecto al isocentro del LINAC para mejorar la seguridad de la radiación administrada y, al mismo tiempo, agilizar el flujo de trabajo de radioterapia. También cabe destacar que los láseres APOLLO representan una tecnología de apoyo fundamental para el control de calidad de equipos de cualquier fabricante, garantizando la orientación precisa del fantoma y sus accesorios en una serie de configuraciones de prueba para las comprobaciones de control de calidad del paciente, la máquina y la radioterapia de extremo a extremo.
«Tras la planificación del tratamiento por medio de una simulación con RM o TC, el paciente se posiciona en la mesa de tratamiento LINAC», explica Raphael Schmidt, director de productos de LAP para sistemas láser de TC, RM y LINAC. «A continuación, las líneas láser ultradelgadas de la fuente del sistema APOLLO proyectan las coordenadas del isocentro del LINAC sobre la piel del paciente, permitiendo alinear con una precisión milimétrica con respecto a la imagen de TC/RM de planificación y asegurando al mismo tiempo la reproducibilidad en las fracciones sucesivas de un programa de radioterapia de alta precisión».
Al parecer, la flexibilidad operativa es la base del diseño del sistema APOLLO frente a los principales puntos débiles clínicos, por ejemplo, accesibilidad mejorada y ergonómica al paciente para el radioterapeuta, posicionamiento y rotación eficientes del paciente en los LINAC de tipo tubo, interacción mejorada (con más contacto visual) entre el paciente y el terapeuta, y demarcación clara entre el posicionamiento del paciente y los pasos del tratamiento.
Esta flexibilidad se extiende a la instalación en la sala, con varias posibilidades de combinación de unidades láser APOLLO montadas en la pared, en el techo o en el suelo. Diversos sistemas de fijación y retenes ajustables permiten a LAP adaptar el sistema láser a las particularidades de la sala de tratamiento del cliente y la configuración del LINAC. Además, el sistema APOLLO dispone de tres láseres para los planos frontal, sagital y transversal del cuerpo y un cuarto láser opcional que evita posibles sombras del gantry del LINAC.
Para el equipo de físicos médicos, la principal motivación para implementar láseres APOLLO es optimizar la ergonomía del flujo de trabajo y las máquinas de la sala de tratamiento —en la práctica, crear las condiciones para un posicionamiento optimizado del paciente a escala. Un buen ejemplo es la alineación de pacientes de mayor complexión en la mesa de tratamiento antes de la irradiación en un LINAC de tipo tubo —entre otros, los sistemas de tratamiento Ethos y Halcyon de Varian. «Con ayuda de los láseres APOLLO», explica Schmidt, «el terapeuta puede elevar y girar al paciente para colocarlo en una posición ergonómica antes de que la mesa de tratamiento se introduzca en el tubo, ya que después, cualquier reposicionamiento resulta engorroso y requiere mucho tiempo. Nuestros clientes clínicos afirman que elevar al paciente de este modo permite apurar hasta el último milímetro en cuanto a la precisión de posicionamiento».
Mientras tanto, en el día a día, los láseres APOLLO mejoran el flujo de trabajo de radioterapia y minimizan la necesidad de reposicionar al paciente tras la TC de haz cónico (para el guiado por imágenes). «Un posicionamiento eficiente y preciso del paciente contribuye a maximizar la seguridad de los pacientes y a minimizar la necesidad de volver a obtener imágenes, con lo que el equipo encargado de administrar el tratamiento puede ahorrar tiempo de forma continuada», señala Schmidt. «Es beneficioso para todas las partes: los pacientes reciben fracciones de radioterapia de alta calidad según el horario previsto y las clínicas alcanzan o superan sus objetivos de rendimiento».
Beneficios clínicos
Ese es el enfoque del proveedor; veamos ahora cuál es el punto de vista de la primera línea clínica. Stéphane Muraro, físico médico sénior del Centre de Cancérologie du Grand Montpellier (CCGM), Francia, es un ferviente defensor de los láseres de LAP para el posicionamiento de los pacientes. En su centro se han instalado unidades láser APOLLO para el uso combinado con la máquina de tratamiento Varian Halcyon y el sistema de radioterapia robótica Accuray CyberKnife.
Para Muraro y sus compañeros, los láseres APOLLO han permitido aumentar la eficacia de forma significativa (y sostenida) a la hora de preparar a los pacientes para el tratamiento en el sistema Halcyon. «Utilizamos los láseres APOLLO para “pre-colocar” al paciente fuera del tubo del LINAC, con lo que aumentamos la seguridad para el paciente y el flujo de pacientes», explica. «Al fin y al cabo, si posicionas correctamente al paciente en la mesa de tratamiento fuera del tubo, puedes estar muy seguro de su posicionamiento dentro del tubo de la máquina».
Todo esto se traduce en un flujo de trabajo de radioterapia «sin fricciones» en el CCGM en el que habitualmente se asignan intervalos de 15 minutos para el posicionamiento y el tratamiento de cada paciente en el sistema Halcyon. «Los láseres APOLLO nos ayudan a posicionar correctamente a todos los pacientes siempre y a la primera», señala Muraro. «Esto también mejora la experiencia del paciente durante todo el tratamiento, ya que minimiza el estrés resultante de los retrasos y la reproducción del posicionamiento. En última instancia, cuanto más relajado está el paciente, más fácil le resulta mantener la posición y mejor es el resultado del tratamiento».
Ventajas de APOLLO en un sentido más amplio
Las ventajas que ofrece APOLLO también se extienden al control de calidad diario en la máquina Halcyon, incluido el uso de un fantoma de imágenes para verificar la funcionalidad de la radioterapia guiada por imágenes (IGRT) del sistema —en particular, la alineación entre las geometrías de las imágenes y del tratamiento y la precisión de los ajustes de la mesa. «Por lo que se refiere al control de calidad diario, lo primero que hay que hacer con el equipo Halcyon es instalar el fantoma al principio de cada día», comenta Muraro. «A continuación, los físicos pueden realizar una “verificación doble” del posicionamiento con el láser APOLLO y el láser interno del sistema Halcyon. Es más fácil posicionar el fantoma y los dispositivos de control de calidad con los láseres externos, alineando el fantoma del mismo modo que alinearíamos al paciente».
De cara al futuro, Muraro y el equipo de físicos médicos del CCGM están deseando continuar con la implantación de láseres APOLLO. «Los láseres APOLLO son extremadamente fiables, resistentes a la radiación dispersa y fáciles de ajustar a través de un controlador remoto según sea necesario», concluye. «Tenemos previsto instalar láseres APOLLO en nuestros dos LINAC de brazo C Varian durante los dos próximos años».
Si desea más información, vea el seminario web a demanda «Lasers making a difference in patient alignment: CT and LINAC solutions from LAP».